MAHAHUAL

Todo comenzó con la invitación de mi amiga Eva a conocer un destino no tan concurrido, se trataba de Mahahual en la Costa Maya en el Estado de Quintana Roo, el objetivo también era conocer la Posada de los 40 cañones, un hotel Boutique propiedad de 3 italianos.

Llegué y por fin conocí a los socios del hotel, el restaurante del hotel me pareció de lo más lindo y acogedor, una iluminación y un ambiente bastante agradables, como es de suponerse estaba un poco hambrienta y cené un delicioso filete de pescado, en verdad me supo muy bueno, y no creo que haya sido por el hambre, tenía un sazón delicioso.

Quise conocer la playa no importándome que fuera de noche, así es que yo solita me aventuré en la obscuridad y por fin metí los pies en la playa de Mahahual, había llovido todo el día así es que sólo lograba ver dónde estaba cuando un rayo iluminaba mi entorno, daba un poco de miedo, lo confieso, porque era un lugar desconocido para mi y estaba inmersa en la naturaleza, de repente escuché algo en el agua saltando, me quedé quieta y lo volví a escuchar y a ver, era algo raro, ¿un pez? Pero se escuchaba por fuera del agua, me empecé a emocionar y a desear que llegara el día siguiente para seguir conociendo tan maravilloso  lugar.

Pensé que no iba a dormir bien, ya que a mi me cuesta trabajo conciliar el sueño, pero dormí como un angelito, el colchón de la cama demasiado cómodo. Al día siguiente, intenté levantarme a las 7 am para irme a disfrutar el mar, sin embargo eso me cuesta. A las 9 am yo ya estaba sentada en el restaurante tratando de decidir qué desayunaba, ordené unas crepas 40 cañones, ¡¡¡la cosa más deliciosa!!! Y ahora si: ¡a la playita se ha dicho! Me preocupaba un poco el hecho de estar sola y tener todo un día para estar ahí sin compañía, pero cuando vi la playa de día el lugar me cautivó, comencé a adentrarme en el mar y me llamaron mucho la atención los pececitos que habitaban el lugar, unos peces transparentes de tres tipos: unos muy comunes, otros larguitos y otros larguitos como pez espada, ¡increíbles!, yo trataba de seguirlos y era muy divertido, al poco rato de estar familiarizándome con ese mar de aguas cristalinas, Uno de los socios me encargó con Oscar quien fue mi guía de turistas y el encargado de darme a conocer qué había más allá de la costa. Fui con él en Jet Skii, y me llevó hasta el arrecife, en donde cuál sería mi sorpresa una tortuga gigante se hizo presente en el mar, quedé impactada y le pregunté que qué era lo que había visto la noche anterior saltando en el mar y me dijo que eran sardinas saltarinas, me explicó que en el arrecife podías encontrar todo tipo de peces, de muchísimos colores así como coral, que había un coral fuego que no se podía tocar, lástima que no pude esnorquelear porque traía lentes de armazón y si me los quitaba no iba a ver nada, así es que he ahí mi primera razón para regresar.

Me dejó manejar el jet ski y fue muy divertido, me dieron ganas de lanzarme a nadar en aguas más profundas, y lo hice, con la tranquilidad de saber que Oscar me estaba cuidando, luego manejó a alta velocidad y fue otra vez muy divertido, la sonrisa se apoderaba de mi cara y ya era difícil que se me borrara. Me llevó hasta donde llegan los cruceros, Mahahual es zona de cruceros de las mejores navieras, entre ellas Disney Cruise Line, que escogió esa ruta por ser un lugar que encanta a los turistas y cómo no, ahora lo estaba descubriendo por mi cuenta. Oscar me ayudó a planear el viaje perfecto en Mahahual, me enseñó todo lo que se podría hacer en el lugar y los alrededores, y más o menos quedaría así:

Día 1: Llegar y reservar tu viaje a Banco Chinchorro: Es un lugar envuelto por el misterio y ubicado a poco más de 30 km de Mahahual. Este aislado ecosistema es considerado un atolón coralino. Posee una superficie de casi 800 km cuadrados. Las aguas de la laguna arrecifal, comunicada con mar abierto, tienen una profundidad promedio de 5 m y tiene 4 islotes: Cayo Centro, Cayo Lobos, Cayo Norte y Cayo Sur. Ubicado en la zona Norte de Chinchorro, frente a Cayo Norte, se ubica la embarcación 40 Cañones, es un navío de madera, que se encuentra hundido a una profundidad de 5 m., se pueden ver 36 cañones de hierro y el ancla de 5 m de longitud. Este lugar es uno de los favoritos de los buzos experimentados, aquí se puede practicar el buceo y no necesitas ser un profesional, dicen que la experiencia es algo extraordinario, puedes practicar el snorkel también. Este paseo se debe reservar con anticipación para uno de tus días de estancia en Mahahual por eso te recomiendo, que el primer día reserves.

Este primer día puedes disfrutar de la playa del hotel 40 Cañones que simplente es la mejor playa del lugar y esto lo constaté personalmente, puedes pedir comida del restaurante hasta las palapas o comer en el restaurante del hotel, está a unos pasos del mar y como ya lo dije antes se come delicioso, te recomiendo probar los camarones al mojo de ajo.

En el transcurso del día puedes realizar diferentes actividades como Jet Skii, Paddle Board (en donde yo vi una mantarraya y otra vez volví a quedar impactada con la fauna del lugar), Kayak o puedes tomar un masaje con Flor en la playa y quedar relajado de una vez por todas.

Día 2: Este día te recomiendo que visites la Laguna de Bacalar, queda a una hora de Mahahual y es un lugar realmente hermoso, por algo le dicen la Laguna de los 7 colores, también se encuentra ahí el Cenote azul, no te lo puedes perder.

Día 3: Como te cansaste del viaje del día anterior te recomiendo que vuelvas a disfrutar de la playa del hotel y esta vez comas fuera, los lugares que recomienda Oscar son: “El Capitán Mono”, “El Delfín” o “Sulumar”, y mi amiga Eva recomienda el Restaurante del hotel “Luna de Plata”, en estos lugares puedes comer delicioso pescado recién capturado y preparado exquisitamente, en el Restaurante “El Sabor de mi tierra” puedes encontrar variedad de comida mexicana.

Por la tarde puedes dar un paseo en bici a lo largo del malecón y te recomiendo probar los helados “La Dolce Vita”, yo comí uno de Almendra y al día siguiente otro de canela: Mamma mia!!!! Qué sabor!!!!

Día 4: Tal vez puede ser el indicado para ir a Banco Chinchorro.

Día 5: Puedes ir a dar un paseo en lancha y snorkelear en el arrecife cercano al hotel y lo puedes combinar con ir a conocer la zona arqueológica Chacchoben ubicada cerca del poblado de Los Limones.

Como te podrás dar cuenta, Mahahual es un destino maravilloso, una de las joyas desconocidas de México, un lugar exclusivo a donde por suerte aún no han llegado los turistas tradicionales y definitivamente, el hotel Posada de los 40 Cañones, a mi gusto, el mejor hotel en Mahahual, me encantó admirar el árbol que tienen de vecino en donde nuevamente un animalito me sorprendió, esta vez se trató del pájaro carpintero, al fin lo pude conocer y no sólo verlo en caricatura; la decoración de las habitaciones, tan elegante como lo son los italianos, las camas colgantes y las cabeceras de todos los cuartos, detalles exquisitos y lo que en particular me gustó fue que las toallas, tanto las de los cuartos como las de playa olían a suavitel, eso me hizo darme cuenta que 40 Cañones no es un gran resort, es un pequeño hotel boutique en donde el trato de sus propietarios te hace sentir como en casa. Es importante resaltar que 40 Cañones no tiene alberca, la cual creo, no hace falta, ya que el mar es muy bajito, los bebés pueden disfrutar de este chapoteadero natural, y los niños se divierten a lo grande ya que no hay olas porque estas rompen en el arrecife, realmente no necesitas del cloro de una alberca artificial.

A pesar de que viajé sola y no conocía a nadie por esos lugares, nunca me sentí como tal, siempre estuve acompañada por alguien, como Adriana y José Manuel que me invitaron a snorkelear y no pude, ellos regresaron fascinados y estaban hospedados en el Hotel Arenas, me vine con una cotización pendiente que me pidieron mientras nadábamos, y no puedo dejar de mencionar a Estrella e Ixchi, quienes fueron mis compañeras de juego en el mar, convertidas en todas unas sirenas, Estrella que me dejó ver que en esta pequeña comunidad donde conviven mayas e italianos, yo también pude ser parte del lugar aunque fuera por un momento ……. ¡Gracias Eva y Marco, por este maravilloso regalo!

Cecie Sigler Soriano

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